miércoles, 18 de noviembre de 2009

Carta desde el hemisferio Norte

Querido hemisferio Sur:


Me presento: soy el hemisferio Norte y quiero darte la bienvenida al mundo hasta ahora conocido. A lo largo de la historia futura estaremos en contacto permanente, por lo que considero importante relatarte a continuación cómo será nuestra relación.


De éste lado procuraremos siempre estar suficientemente abastecidos de todo aquello que creamos conveniente para nuestro bienestar y porvenir, y para ello será necesario a menudo hacer uso de vuestros recursos naturales y humanos, todo ello sin importar si al hacerlo estamos mermando vuestro propio bienestar.


Cuando lo estimemos provechoso para nuestras economías traeremos a nuestras tierras gentes de ahí abajo para que trabajen para nosotros. Esto no quiere decir que se haga teniendo en cuenta si a vosotros os va bien o mal en ése momento ni mucho menos que las personas que vengan vayan a cobrar por ello , a hacerlo en igualdad de condiciones o a recibir un trato digno.


En caso de que por motivos cualesquiera necesitéis venir aquí a trabajar para ganaros la vida, sólo lo podréis hacer si es también provechoso para nosotros, y será en la cantidad y condiciones que nosotros impongamos.

Para que podáis estar organizados os concedemos el derecho de tener vuestros propios gobiernos, eso sí, supervisados por nosotros y depuestos o colocados según nuestros intereses económicos y comerciales.


Cuando sufráis catástrofes naturales, guerras civiles o conflictos bélicos entre diferentes estados, sean provocados por vuestra ignorancia y poco saber hacer, por la avaricia de vuestros gobernantes o por las maniobras políticas que desde aquí se articulen, haremos un llamamiento a la conciencia y solidaridad de nuestros más pobres habitantes para que os ayuden con lo que buenamente puedan. No obstante, si nos sobran algunas migajas después de enriquecernos hasta la saciedad, os daremos también una ínfima parte de ello.


Si sufrís epidemias seguiremos el principio del párrafo anterior, aunque pararemos de manera drástica el contacto personal con vosotros para no vernos envueltos en el desastre.


No debéis preocuparos, aquí siempre quedará alguien que creará organizaciones que de manera altruista gestionen medios para echaros una mano en lo que os haga falta.


Si por un casual se os pasa por la mente organizar una revolución para que todo ésto cambie, sabed que poseeremos armas capaces de destruir a toda la humanidad, y que bien controladas pueden hacer que desparezcáis sólo vosotros.


Todo esto que he contado podrás ser ampliado, modificado o corregido si lo consideramos necesario.
Nota: Esta carta anónima fue encontrada hace siglos en algún lugar del mundo.
Albert Einstein dijo una vez: ¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

viernes, 6 de noviembre de 2009

corregir el error para evitar otro suceso

Un militar estadounidense ha matado a 12 compañeros y herido a otros 31 en una base militar en Texas antes de ser abatido.

Esta noticia conmociona por el número de víctimas, que es muy alto y lo podría haber sido más de no haber acabado con la muerte del causante. Pero lo que más me ha causado impresión no son las cifras, es el hecho de que el tirador fuera un médico psiquiatra que iba a ser enviado próximamente a Irak.

Para muchos sería uno más de los que iban a ir allí, pero para él que se dedicaba a atender a los que volvían con secuelas psíquicas y muchos de ellos a su vez físicas, para él que veía a diario como sus compañeros volvían mutilados y con problemas para rehacer su vida normal, ir allí no suponía unirse como uno más, era algo que le atormentaba puesto que sabía muy bien cuales eran las consecuencias ya que convivía con ellas cada día de manera muy directa.

Este hombre ha sido verdugo primero y víctima después ¿o ha sido al revés?, quizás ha sido víctima antes y después y verdugo entre tanto. Lo importante es que este suceso debería suponer una llamada de atención a quienes fomentan y mantienen estos conflictos y a los que ellos nunca van a luchar ya sufrir en sus propias carnes, ni ellos ni sus familiares más directos.

No pretendo con lo escrito disculpar a este señor de haber asesinado pero sí de hacer una reflexión del porqué lo ha hecho. A menudo nos fijamos insistentemente en el delito en sí sin reparar en las causas que lo motivaron, esto nos lleva a debatir si es más o menos delito o si tiene muchas o pocas víctimas y consecuencias, pero no nos conduce a evitar el siguiente porque no analizamos dónde está el riesgo, por lo que no podemos poner medios para minimizarlo o eliminarlo. El primer paso para corregir un error es ser consciente de que el hecho cometido es eso, un error. Lo otro puede llegar a ser en una simple sucesión de comentarios entorno al suceso.