viernes, 6 de noviembre de 2009

corregir el error para evitar otro suceso

Un militar estadounidense ha matado a 12 compañeros y herido a otros 31 en una base militar en Texas antes de ser abatido.

Esta noticia conmociona por el número de víctimas, que es muy alto y lo podría haber sido más de no haber acabado con la muerte del causante. Pero lo que más me ha causado impresión no son las cifras, es el hecho de que el tirador fuera un médico psiquiatra que iba a ser enviado próximamente a Irak.

Para muchos sería uno más de los que iban a ir allí, pero para él que se dedicaba a atender a los que volvían con secuelas psíquicas y muchos de ellos a su vez físicas, para él que veía a diario como sus compañeros volvían mutilados y con problemas para rehacer su vida normal, ir allí no suponía unirse como uno más, era algo que le atormentaba puesto que sabía muy bien cuales eran las consecuencias ya que convivía con ellas cada día de manera muy directa.

Este hombre ha sido verdugo primero y víctima después ¿o ha sido al revés?, quizás ha sido víctima antes y después y verdugo entre tanto. Lo importante es que este suceso debería suponer una llamada de atención a quienes fomentan y mantienen estos conflictos y a los que ellos nunca van a luchar ya sufrir en sus propias carnes, ni ellos ni sus familiares más directos.

No pretendo con lo escrito disculpar a este señor de haber asesinado pero sí de hacer una reflexión del porqué lo ha hecho. A menudo nos fijamos insistentemente en el delito en sí sin reparar en las causas que lo motivaron, esto nos lleva a debatir si es más o menos delito o si tiene muchas o pocas víctimas y consecuencias, pero no nos conduce a evitar el siguiente porque no analizamos dónde está el riesgo, por lo que no podemos poner medios para minimizarlo o eliminarlo. El primer paso para corregir un error es ser consciente de que el hecho cometido es eso, un error. Lo otro puede llegar a ser en una simple sucesión de comentarios entorno al suceso.

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