lunes, 31 de agosto de 2009

Los plásticos de Almería

Este verano he tenido oportunidad de ver con mis propios ojos lo que hasta ahora sólo conocía por los medios de comunicación, los famosos plásticos de los invernaderos de Almería.

Al ver las grandes extensiones de terreno que ocupan y cómo modifican el paisaje natural no pude reprimir mis impulsos y me puse a pensar qué hace allí aquello, porqué así y si hay vuelta atrás. Mis conclusiones son sencillas porque como en muchos otras cosas no soy experto, pero no por ello creo que sean alocadas.

Entiendo que en un terreno árido y probablemente sin otro recursos que den trabajo a la población de la zona, cultivar la tierra mediante invernaderos que mitiguen la sequedad ambiental es todo un logro que merece el reconocimiento de una gran idea. Ahora bien, como en casi todo, las ideas y desarrollos que se ponen en marcha en todo el mundo no cuentan desde el principio con que alguien involucrado en le tema se pregunte qué repercusiones tendrá todo eso una vez que se haya implantado.

En este caso la parte negativa está en que se ha creado un paisaje horrible que no es mucho peor que el dejado por la erosión natural, con todas sus piedras, rocas y poca o ninguna vegetación.

Me pregunto si los expertos en biomimética no se han propuesto estudiar el desarrollo y posterior fabricación de algún material que favorezca el cultivo agrícola como lo hacen esos horrendos plásticos (o incluso mejor aún) sin que degrade el paisaje de una manera tan salvaje e indiscriminada.

Contamos en España con el dudoso honor de saber que desde la Estación Espacial Internacional se divisa una enorme mancha blanca al sur de nuestro territorio que revela claramente como esos plásticos han cambiado nuestro paisaje.

martes, 25 de agosto de 2009

el dinero es una mierda

No es un título para llamar la atención sino lo que realmente pienso sobre ese a quien por algo llaman vil metal, allá donde se encuentre o donde falte trae problemas, es decir en todo el orbe, y esto lo único que significa es que jamás debió existir.

Para el pobre el dinero es un problema porque sin él le resulta difícil alimentar a su familia y mantenerla bajo techo. Para el rico también es un problema porque siempre querrá tener más y además sufre a cada instante por mantener su estatus económico para no pasar a formar parte del otro grupo.

Supongo que en los tiempos del trueque también la gente tendría sus más y sus menos y sabemos que anterior a eso ya se luchaba por territorios y demás, pero el dinero no ha hecho sino empeorar las cosas.

Veamos algunas cuestiones:

- ¿Hay alguien capaz en estos tiempos de vivir sin dinero?
Lo dudo enormemente y en caso de que me equivoque, por favor que se presente.

- ¿Algún ser humano adulto aún no ha tenido ninguna disputa por el dinero?
Imposible, incluso antes de llegar a la edad adulta ya lo ha hecho todo el mundo.

- ¿De verdad hay quien cree firmemente que es el amor y no el dinero el que mueve al mundo?
El amor no mueve al mundo, lo que queda de él después de pasar el filtro del dinero lo que hace es mantener el mundo en movimiento, no moverlo.

- ¿Cuál es la condición indispensable para encontrar a un rico?
Encontrar a un pobre a su alrededor. Lo que le falta a uno es lo que tiene de más el otro.

Hoy en día todo se mide por el dinero en primera instancia: los daños producidos por los incendios veraniegos, el coste para las empresas y para la sanidad pública de la gripe A, la vida humana para las aseguradoras, la valía de una persona en su trabajo, las ayudas a salir del hoyo a los países tercermundistas que el primer mundo ha creado, etc.

Las personas, sus sentimientos, la felicidad, van detrás del valor económico.

Hay quien dice y cree firmemente que el dinero ayuda a estar más tranquilo e incluso es un requisito más para la felicidad pero se puede demostrar que esto no es así. La felicidad no se encuentra en lo que poseemos sino en lo que no necesitamos poseer, esto no lo digo yo, es algo que cualquiera puede comprobar; si una persona quiere tener una casa en lugar de una cabaña piensa que cuando alcance su objetivo será feliz, pero cuando ya ha logrado la casa querrá decorarla y acondicionarla con toda clase de enseres que en la cabaña ni tenía ni sentía necesitar.

Nuestras necesidades siempre son crecientes, a más tienes más quieres. Sin embargo el que se halla feliz con algo, por ejemplo estando junto a su familia, no necesita ampliar su familia ni cambiarla por una más moderna para seguir siendo feliz. Al que le hace feliz jugar al fútbol con sus amigos no precisa jugar en primera división, vestir la última equipación o jugar con botas de marca de colores brillantes que han sido fabricadas por niños en países del otro lado del mundo, juega y se divierte y su felicidad está en el juego en sí mismo.

Cada uno que busque la felicidad donde quiera y pueda, yo desde luego tengo claro que aunque me gustaría tener más dinero no es ahí donde está mi felicidad, está en que no me quita el sueño lograrlo. Solo quiero dinero para vivir sin pasar necesidades y no niego que me gustaría tener más de lo que tengo, pero sé que en ningún caso lograrlo me hará más feliz de lo que soy, si acaso esta circunstancia sólo generará nuevas expectativas.