lunes, 1 de junio de 2009

lo primero es sonreír

Vivimos en una sociedad maniatada por las prisas, las preocupaciones, el ansia de poder y el gusto por la opulencia y la ostentación.

Todo esto nos lleva a estar maltratándonos a nosotros mismos en una carrera sin fin para lograr poseer todo aquello que aún no hemos alcanzado y otros sí.

Hay unos pocos que dicen, y el resto así lo creemos, que lo han logrado. Probablemente sea cierto, pero:
- ¿cuál ha sido el coste?
- ¿han disfrutado en el recorrido?
- ¿disfrutan ahora, o por el contrario, han iniciado una nueva carrera?

Tengo un vecino al que todavía no conozco mucho pero que desde cierta distancia me enseña muchas cosas, todo lo que tengo que hacer es estar atento y observarle.

Esta vecino trabaja cerca de mi casa vendiendo La Farola, la publicación que le sirve para conseguir unos ingresos para subsistir, además aprovecha su estancia en la calle para pedir a la gente que le ayude económicamente para comer cada día.
Llevo viéndole desde hace meses casi a diario y siempre sonríe, no es que no esté enfadado o con gesto apesadumbrado, es que siempre sonríe. Si le das una ayuda te lo agradece con una sonrisa que te apaña el día y además es él quien te desea buena suerte dedicándote un "que tengas buen día tío", en navidad nos felicita las fiestas y cuando pasa alguien a su lado con niños les gasta bromas y juguetea con ellos.

Si damos un repaso a nuestra última semana seguro que hemos estado en algún momento de mal humor o tristes. Si nos ponemos en la piel de mi vecino es probable que encontremos motivos para sonreír cada día, aunque sólo sea porque hemos comido ayer, comeremos hoy y lo haremos con seguridad mañana, será comida caliente en invierno y fresca en invierno y lo haremos cómodamente sentados.

No deberíamos esperar a estar bien para sonreír, sino sonreír para estar bien. A todos nos cuesta un esfuerzo importante debido a nuestra forma de vida pero si estuviéramos contentos con más frecuencia independientemente de que sepamos si tendremos o no ésto o aquello, provocaríamos con toda probabilidad sin darnos cuenta que las cosas nos fueran mejor. Estoy seguro de que mi vecino obtiene más ingresos gracias a su sonrisa que muchos de sus compañeros que nos ofrecen gesto serio o triste.

Adelante entonces, es un esfuerzo rentable, sonriamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario